La competencia emocional se ha convertido en un elemento clave para mejorar las relaciones interpersonales en todos los ámbitos de la vida, profesional o personal.
Tradicionalmente, las emociones se han identificado con la parte “más débil” de las personas. Así, no hace muchos años, el Coeficiente Intelectual era el factor determinante para la progresión profesional. Mediante la realización de cuestionarios y test de inteligencia, se determinaba la capacidad de la persona en cuanto a sus aptitudes intelectuales, el razonamiento abstracto, el verbal y numérico, pero nunca la Inteligencia Emocional de la persona.
Actualmente, se ha demostrado que la clave del éxito, personal y profesional, está en la influencia determinante de las habilidades y competencias emocionales.
La Inteligencia Emocional tiene que ver con habilidades relacionadas con:
- Auto concepto: Entendido como la capacidad que tenemos para aceptarnos y respetarnos tal y como somos.
- Asertividad: Entendido como la habilidad para expresar y defender los propios puntos de vista y sin hacer daño a los demás.
- Empatía: Entendido como la habilidad para poder comprender las emociones y sentimientos de los demás.
- Tolerancia: Entendido como la habilidad para aceptar los puntos de vista diferentes, desde el respeto y el entendimiento de las diferencias.
- Control emocional: Entendido como la habilidad para controlar los impulsos emocionales en situaciones concretas.
El manejo adecuado de las emociones es un elemento clave para el desarrollo personal y profesional. De hecho, cuando no somos capaces de controlar las emociones, suelen aparecer efectos negativos, como pueden ser sentimientos irracionales que lastran al individuo y que con el tiempo se convierten en creencias, que se incorporan en nuestra capacidad de construir la realidad y nos impulsan a actuar de una determinada manera.
Todas las personas utilizamos para comprender nuestro mundo lo que se conoce como “pensamiento interno”. Son conversaciones internas que mantenemos con nosotros mismos. El auto dialogo que desarrollamos expresado como pensamiento o imágenes vinculados a los estados emocionales intensos, como por ejemplo la ansiedad, la depresión, la ira,…
A menudo, forman versiones subjetivas de las cosas que nos ocurren, desdibujando la realidad y creando lo que los psicólogos denominamos, distorsiones cognitivas.
DISTORSIONES COGNITIVAS Y TÉCNICAS DE ABORDAJE
Las distorsiones cognitivas más habituales que forman parte de nosotros de manera inconsciente y que pueden afectar a la interpretación de la realidad son:
- Selección Única. Consiste en seleccionar sólo un aspecto de la situación experimentada. Se selecciona únicamente lo negativo de la situación olvidando todos los aspectos positivos de la misma. La técnica para abordar consiste en desdramatizar y buscar soluciones. Hay que preguntarse ¿Ha ocurrido otras veces? ¿Fue tan malo?
- Polarización. Consiste en valorar los pensamientos como buenos o malos, olvidando todos los aspectos intermedios. (Por ejemplo; soy un inútil, nunca llegaré a nada,…). La técnica para abordar consiste en graduar la situación. Preguntarse ¿Entre estos dos extremos hay grados intermedios?
- Sobregeneralización. Consiste en pensar que un hecho aislado y que es puntual pasa a convertirse en un hecho que siempre sucede o que siempre va a suceder. (siempre se me rompen las cosas, nunca consigo alcanzar la meta,…). La técnica de abordaje consiste en concretar y buscar pruebas. Preguntarse ¿Cuántas veces ha ocurrido realmente? ¿Qué pruebas tengo para sacar esa conclusión?
- Efecto espejo. Consiste en proyectar en los demás, en atribuir a los demás los propios sentimientos y motivaciones nuestras. (Ya sé por qué es eso, esto se debe a que, lo haces por,….). La técnica de abordaje consiste en escuchar activamente y no pre-suponer lo que hacen los demás. ¿Qué pruebas tengo para suponer eso?
- Catastrofismo. Consiste en anticipar los acontecimientos de forma catastrófica y pensar que las desgracias que ocurren a otros nos van a ocurrir más tarde o más temprano. (Seguro a mi también me pasa, ya verás lo que tarda en pasarme a mi,…). La técnica de abordaje consiste en dejar de anticipar, centrarse en el presente y valorar las posibilidades. ¿Y si no sucede? ¿ahora no ha pasado nada?
- Personalización. Consiste en pensar que todo lo que dicen los demás va dirigido única y exclusivamente entorno a uno mismo. (Seguro que lo dicen por mí, ese comentario lo dices por mi?..). La técnica de abordaje consiste en reducir la visión de nuestro ego. ¿Por qué van a estar pensando en mí? ¡Es un comentario trivial que no va dirigido a mí en particular!
- Culpabilidad. Consiste en atribuir por completo la responsabilidad de los acontecimientos que nos pasan a nosotros mismos o a los demás, sin tener en cuenta otras circunstancias que concurren en los hechos. (Esto es por mi culpa, la culpa es de,..). La técnica de abordaje consiste en buscar otros motivos y razones para cada caso concreto. Preguntarse ¿Puede haber otros motivos que no he tenido en cuenta? ¿Por qué pienso que es por mi culpa?
Espero que este breve articulo ayude a abordar desde una perspectiva constructiva la mejora de los diálogos internos que usamos en nuestra vida diaria.
Luis Poveda
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